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lunes, 1 de mayo de 2017

Aforismos III (El Pensamiento)

- Toda persona para la que el pasado siga vivo tendrá que soportar todo un fardo lleno de pesadumbre y remordimiento.

- Queremos que nuestros hijos adquieran confianza en sí mismos para desarrollar la autoestima. Pero, por otra parte, no le favorecemos la duda (como motor de crecimiento), desconociendo que cuando uno se siente seguro su ser, está muerto (muere la energía de la indagación).

- En los países occidentales, donde está arraigada la democracia, presumimos de libertad de pensamiento, y decimos que cada uno puede pensar como quiera. Pero desconocemos la falsedad que esta afirmación lleva implícita, pues nuestra forma de pensar es fruto de nuestro pasado.

- Cuando alguien dice que es una persona de principios, ya está confesando que no es sincera. Si yo soy auténtico, ¿para qué necesito principios que me rijan? Groucho Marx decía: ... "Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros".


- Cuando tenemos un problema creemos que pensando en él daremos con la solución. ¿Cómo puede ser así, cuando es el propio pensamiento el que ha creado el problema?

- El pensamiento, que es siempre el resultado de un proceso de causalidad, no puede comprender lo que no tiene causa.

- Cuando uno dice ser consciente de algo en lo que al mismo tiempo está implicado emocionalmente, lo está negando: ambos hechos son incompatibles.

- Aprender es mucho más importante que saber. Aprender no tiene nada que ver con acumular conocimientos.

- Si comprende que la violencia es mala. ¿Necesita tener el ideal de la no-violencia? Los ideales son engaños de bobos, de quien no quiere ver la realidad.

- Quien pueda ver que él mismo es su propia limitación, dejará de tener limitaciones (psicológicas).

- Nuestros conflictos desaparecerán cuando comprendamos las contradicciones en que incurrimos.

- La frase “perdono pero no olvido” es una solemne tontería. Cuando uno es consciente de que perdona, no está perdonando. Sólo perdona el que no recuerda la ofensa.

- Fundamentamos nuestro sentimiento de identidad en las tradiciones, cuando, en realidad, éstas sólo son un lastre para el desarrollo mental.

- ¿Es real ese hecho en el que uno cree estarse viendo a sí mismo, en el pasado, en experiencias y vivencias por las que pasó, como si de escenas de una película se tratase? Ese desdoblamiento no es posible. Es un engaño.

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