Cuando los padres
observan que su hija/o no tiene unos rendimientos académicos
satisfactorios y que más bien rehúye las situaciones de estudio y
aprendizaje, comienzan a inquietarse y a buscar la solución: van de un
sitio a otro hasta que alguien le da el diagnóstico: ”Tiene déficit
de atención”.
Es muy frecuente que la madre vaya al colegio diciendo: “Me dijeron que tiene esto y aquello”, que parafraseado quiere decir “ya sabemos cuál es el problema, y ahora el colegio que aplique la solución” (vamos, que se ponga las pilas).
Si planteamos la
problemática con más panorámica, utilizando la perspectiva
histórica, vemos que esa misma actitud ya se produjo con otros
conceptos diagnósticos a medida que se fueron incorporando al campo
psicopedagógico, como es el caso más paradigmático de la dislexia:
quién no recuerda la típica frase “es que tiene dislexia”…
El problema deriva por
seguir el criterio americano aplicado al DMS-IV, caracterizado por
hacer un diagnóstico amparado en unos observables o síntomas: estos
se trasladan a un cuestionario y si se cumplen por un espacio de seis
meses, ya está confirmado el diagnóstico.
Pongamos un ejemplo real
para que se haga más comprensible lo que estamos tratando. Una madre va
al Departamento de Orientación del colegio de su hijo diciendo; “Mi
hijo tiene déficit de atención. Me lo dijeron en tal sitio. Quiero
que el colegio tome medidas” Como el domingo iban a retransmitir
por televisión una carrera de fórmula uno de mucho interés para el hijo,
se le recomienda a la madre que observe a su hijo mientras la
presencia y después responda si apreció déficit de atención.
Concretando, no se
puede decir que haya déficit, sino atención selectiva: se dirige dicha atención hacia aquello que motiva y que evade de lo que no gusta, de
lo que no atrae, por mucho que esto vaya totalmente en contra del deseo de los progenitores.
La pregunta siguiente
que probablemente se haga todo el mundo es, ¿por qué evade la
atención del aprendizaje, cuando es tan importante para su
desarrollo como persona. Esto ya se investigó en la primera mitad
del siglo pasado (Melanie Klein), solamente que ahora, estudios
recientes no hicieron más que confirmarlo.
El problema es serio
como para ser resuelto con la aplicación de unas fichas para
desarrollar la atención. La verdadera causa está en que los
procesos de lectura y/o escritura en estas niñas/os, están cargados
de angustia, con su visión más palpable y visible, el sufrimiento.
Si esto le extraña a
alguien se preguntará por qué tienen que sufrir por intentar saber
cosas nuevas. Esto nos remonta al pasado de la historia personal, a
cuando se constituyeron los procesos mentales, los procesos
primarios, en los dos primeros años, cuando se constituyen los
procesos de simbolización.
Como dice Gisela
Untoiglich…”¿Qué sucede cuando predomina el desinvestimiento de
la actividad representativa? (de simbolización-añadimos) ¿Qué
ocurre cuando la defensa es contra la actividad de pensar? La
respuesta es la huída” Por eso, en páginas más adelante dirá
…”Por lo tanto se infiere que en muchos de estos niños se
encontrarán serias fallas en la constitución de su estancia yoica.”
Dicho de otra manera,
el desarrollo psíquico pasó por ciertas dificultades que no logró
tramitar del todo. Por esta razón, cuando se explora,
proyectivamente, a estos niños, siempre aparecen otros síntomas
asociados, como pueden ser labilidad afectiva y emocional, lazos o
vínculos frágiles o inexistentes, dificultades para integrar y
organizar la información conceptualmente, etcétera.
La pregunta final que
se harán los padres será, bien, cuál es, o por dónde pasa la
solución. Evidentemente, requiere que la Psicopedagogía, la
Pedagogía Terapéutica aborde aquellas carencias señaladas y que
ahora ya se van conociendo.
Y como siempre, nos enfrentamos al problema médico del déficit atención. Se tratará de un problema neurológico o será algún problema psicológico.
ResponderEliminarVamos, que sea cual sea el problema, debemos ser concientes de que se necesita un tratamiento.
saludos.
Habrá casos en que pueda ser un problema de tipo médico, pero éstos son muy raros,y de todas maneras, deben ser descartados antes, previa exploración neurológica y genética (recuerdo el caso de dos hermanos que tenían síntomas casi idénticos). Hecho el descarte, lo más frecuente es el origen de tipo psicológico, ligado a las fases evolutivas, y el tratamiento es de tipo psicoterapéutico.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un saludo.
I could not refrain from commenting. Very well written! netflix login
ResponderEliminarThanks a lot Travis Smith! :)
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